La contaminación lumínica es un problema cada vez mayor y está cobrando más importancia. No solamente se trata de impedir ver el cielo estrellado, va mucho más allá de eso pues el efecto sobre las personas es inimaginable.
¿Qué es la contaminación lumínica?
La contaminación lumínica se define como la energía radiante artificial que genera una degradación en el estado natural de un sistema. Se considera que es aquella luz cuya característica u horario es innecesario para realizar ciertas actividades.
Existen varios tipos de contaminación lumínica, puede ser de intrusión de luz, de sobre iluminación, deslumbramiento, y/o agrupación excesiva de luz.
Las consecuencias son graves, ya que la iluminación que se proyecta al cielo durante la noche destruye un tipo de óxido de nitrógeno, el cuál es importante para eliminar el smog.
Teniendo en cuenta que el smog puede aumentar debido a la contaminación lumínica, los efectos sobre la salud pueden ser completamente negativos, como por ejemplo: dolor de cabeza, problemas para dormir, fatiga, ansiedad y estrés.
Otro trastorno que existe en el ecosistema es la afectación a los animales, ya que modifica el estilo de vida que llevan.
Estar comprometido con el medio ambiente, es parte del objetivo de ser un buen diseñador de iluminación. Al especificar tecnologías que sean amigables con nuestro planeta, el diseño de iluminación profesional se vuelve fundamental; ya que el objetivo no sólo es que se vea bonito, sino también que genere consciencia sobre el consumo energético a nivel mundial.